5 de abril de 2012

A la lluvia




Querida mía, por fin apareces
envuelta en un manto verde
con rayos y tempestades...
¿Dónde estabas en tiempos difíciles?


Vienes sin pedir permiso;
para unos eres dilema,
aquellos te contemplan,
y otros hacen caso omiso

Añoraba tu fiel olor,
olor que despierta a los caracoles,
olor que aprecian las flores…
tu despedida será un dolor.


Los árboles florecen a tu paso
colorados se ponen al posar tu lágrima
eres un regalo, mi bella dama,
a pesar de estar cerca tu ocaso

Y sé que desaparecerás
como ya hiciste anteriormente
y no me extrañarás
pero seguirás en mi mente.